Las universidades regionales desde su creación han combinado las tres áreas convencionales de su quehacer –formación, investigación y extensión-vinculación. La preocupación por el entorno ha sido parte de la misión auto asumida por las instituciones, pero también es una responsabilidad ineludible atendidas las realidades de sus comunidades y territorios, que en gran medida no son abordadas por organismos públicos o privados de cada región. Como en otros casos de catástrofe que han asolado el país o sus regiones, estas instituciones han diseñado e implementado variados mecanismos de cooperación con los diversos sectores del entorno, para ayudarles a enfrentar mejor esta crisis sanitaria.
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